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sábado, 30 de junio de 2012

Perro de dos cabezas de Demikhov













El primer trasplante de cabeza hecho por un científico  que experimentó con perros a los que implantó cabezas y medios cuerpos de un  en otro. 
Quién no conoce el mito griego del Cancerbero, el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas, que guardaba la puerta del inframundo y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. 






Aunque resulte increíble se llegaron a realizar experimentos que llegaron a mantener vivos a perros con dos cabezas. 


Vladimir Petrovich Demikhov, el creador de mutantes 
El doctor Demikhov nació el 18 de julio de 1916. Su padre murió en 1920 en uno de los muchos campos de trabajo de la nueva Rusia revolucionaria y su madre se ocupó de Vladimir y sus otros dos hermanos. 


En 1934 se matriculó en la facultad de biología de la universidad estatal de Moscú y en 1937 diseñó y construyó un corazón artificial que funcionó durante cinco horas y media en un perro. 


Los trabajos fueron publicados en el periódico estudiantil de la facultad de biología de la universidad. 


Acabó sus estudios en 1940 y consiguió la titularidad en el departamento de fisiología humana de la universidad de Moscú, dirigido por el premio Nobel Iván Petróvich Pávlov hasta su muerte en 1936. 


Sirvió en la II Guerra Mundial y allí trabajó como médico pensando que los trasplantes de órganos en humanos eran perfectamente posibles. 




Las primeras operaciones con éxito 
Una vez terminada la guerra comenzó sus experimentos de trasplante de órganos y el 30 de junio de 1946 realizó el primer trasplante de corazón-pulmón, sobreviviendo el perro durante nueve horas y veintiséis minutos. 


En el mes de octubre del mismo año lo volvió a realizar consiguiendo que el animal viviera cinco días. 


Demikhov realizó unos 700 experimentos utilizando todas las variantes quirúrgicas lógicas: trasplante de corazón-pulmón en bloque ortotópico, trasplante de corazón-pulmón (unilateral) heterotópico, trasplante de pulmón unilateral, trasplante cardiaco ortotópico y heterotópico; en el 30% los animales vivieron una media de una semana y un máximo de 30 días. 


El 25 de diciembre de 1951 (el día de Navidad) fue cuando realizó con éxito el trasplante de corazón completo en un perro sin máquinas de soporte vital externas. 


Sentó las bases para que seis años después, Aleksandr Aleksandrovich Vishnevsky, realizara el primer trasplante en una persona, anticipándose dieciséis años al trasplante realizado por el Dr. Barnard que tanta fama le dio, eclipsando los éxitos anteriores cosechados por médicos de la URSS. 


Ya en los años 20 y 30 el doctor Sergei Sergejewitsch Bryukhonenko había conseguido mantener vivos diversos órganos como pulmones y corazones fuera del cuerpo de animales con un equipo de su invención, el “autojektor”, demostrando que era posible avanzar hacia los trasplantes de órganos. 


El trasplante de cabeza 
Después de la experiencia adquirida en todos los trasplantes realizados se decidió a trasplantar partes completas de cuerpos y así, la noche del 24 de febrero de 1954, realizó con éxito el primer trasplante de cabeza usando dos perros, un mastín adulto al que se le injertó la cabeza y parte del tronco anterior de un cachorro de un mes. 






El trasplante fue todo un éxito y al día siguiente de la intervención se anunció a los medios el éxito del experimento e incluso se divulgó una filmación de todo el proceso de la operación y del resultado posterior. 


Estos experimentos extremos sirvieron para dominar decenas de técnicas de sutura vascular, aunque muchos los consideren innecesarios y horrendos. 


Las repercusiones mundiales del experimento 
El mundo vivía en plena guerra fría y estos actos debían ser ampliamente divulgados para que el contrario se desmoralizara y pensara que en el otro bando había un desarrollo tecnológico superior. 


Incluso en la revista Time se publicó un artículo de esta operación el 17 de enero de 1955. 


Poco tiempo después, en 1960, Demikhov terminó su tesis doctoral titulada “El trasplante experimental de órganos vitales”, publicada en 1962 en Nueva York, Berlín y Madrid. 


Este trabajo fue durante muchos años la única monografía en el campo de los trasplantes de órganos y tejidos. 


El mismísimo Christiaan Barnard visitó en dos ocasiones (1960 y 1963) el laboratorio del doctor Demikhov y en 1997 declaró que "si existe un padre de los trasplantes de corazón y pulmón, ese título lo ostenta, sin duda, Demikhov". 




Los últimos años del científico 
Murió el 22 de noviembre de 1998 en un pequeño apartamento a las afueras de Moscú, casi en el olvido total. 


Pasó los últimos años de su vida recluido en su laboratorio de la facultad donde el presupuesto se fue recortando al tener el estado soviético otras prioridades en la investigación. 


Fue condecorado, poco antes de su muerte, con la orden de tercera clase, por los servicios prestados al país. 






La faceta ética de este tipo de experimentos 
Este tipo de experimentos y en general los trasplantes de órganos, han suscitado todo tipo de debates en los foros de ética médica de todo el mundo. Si algún día se desarrollase una tecnología capaz de conectar la espina dorsal con una cabeza trasplantada, ¿sería ético el trasplante? 


Por ejemplo el caso de un individuo con metástasis en todo su cuerpo o con problemas motores, sin afectar al cerebro, ¿sería ético reemplazar su cuerpo por otro sano y seguir viviendo con una mejor calidad de vida? 


El debate está servido…








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